No tenía nada más que un par de billetes en el bolso cuando iba caminando por el Centro de la Ciudad... No sabía a ciencia cierta hacia donde se dirigía simplemente, quería escapar...
Le dieron las 10 de la noche, la lluvia cubría la ciudad y la soledad, llenaba su alma mientras que la tristeza, brotaba por sus lagrimales... El cansancio, la frustración, la desesperanza la hacen ubicarse en la banca del parque y al hacerlo, abraza con cierto recelo su bolso mientras de sus ojos, la tristeza sale desesperada...
Abre el bolso y mira su celular, las llaves de la que solía ser su casa y sus billetes... Apenas y podría pagar una noche en un modesto hotel y le alcanzaría tal vez para comer un par de días... Hizo lo propio y caminó un poco más... Encontró un modesto hotel y algo más...
El administrador, un joven que bien podría ser su hijo, parecía más que nada, un ángel... Advirtió la desolación en la mujer y como acto de buena fe, le hizo llegar una taza de chocolate caliente y una pieza de pan a la mujer una vez que consideró se habría ya cambiado y puesto cómoda... Él mismo, subió donde ella a entregarle el modesto refrigerio...
La noche transcurrió sin mayor inconveniente... La mañana llegó y la mujer seguía en la habitación... La noche anterior mientras se duchaba, lavó su ropa para tener qué ponerse al día siguiente... El mediodía la sorprendió un tanto más tranquila... Su celular tenía al menos 100 llamadas perdidas... Salió de la habitación y había ahora una administradora...
Ella : Señorita, ¿será que necesiten algún empleado más en el hotel?
Administradora: No sabría decirle Señora pero mire, casualmente mi tía Rosa trabajaba con un Médico pero por causas de salud, debe dejar el consultorio... Si gusta, le hablamos y preguntamos si aún no tienen reemplazo...
Ella: ¿Me haría usted ese gran favor?
Administradora: Claro!! ¿Por qué no?
Hablaron por teléfono, se quedaron de ver en media hora en el consultorio y un par de horas más tarde...
Ella: Señorita, ¿qué cree?
Administradora: ¿Sí se lo dieron?
Ella: Siii!!!! MUCHAS Gracias Señorita, hacía mucho alguien no hacía algo por mi...
Administradora: ¿Sabe? No tienen nada qué agradecer...
La Administradora la mira un tanto vulnerable y advierte que no tiene a dónde ir y a manera de ser un tanto más cordial, la invita a comer...
Durante la comida, Nora, la mujer que intentaba iniciar una nueva vida, se confiesa con Ana, la administradora y ésta le dice:
Ana: Mire Nora, tal vez no sea mucho pero si gusta, puede venirse conmigo a casa, mi madre y yo tenemos un cuarto sin ocupar, usted no estaría sola y nosotras, nos sentiríamos mejor sabiendo que la ayudamos en algo...
Nora: No Ana, muchas gracias... Quiero enfrentar esto sola... Por cierto, el chico que está por la noche, ¿estará hoy también?
Ana: ¿Quién? ¿Roberto?
Nora: No sé cómo se llama, pero es tal vez de 23 años, tez clara, algo delgado y con una mirada un tanto triste...
Ana: Ah si, Roberto! Si, tiene su mirada triste y su vida también... Hasta donde sabemos, llegó al pueblo tal como usted, casi podría decir que en una noche como la de ayer...
Nora: ¿Sabe si vive con alguien?
Ana un tanto quisquillosa y con desconfianza, responde con la siguiente pregunta...
Ana: ¿No se le hace que es algo... joven... para usted?
Nora: No me mal interpretes, es que se parece tanto a él... Incluso podría ser de su edad...
Ana: No, pues que yo sepa no... No tiene familia y vive solo... Es muy reservado, no creo siquiera tenga novia, es muy tímido...
Nora regresa al hotel ya casi caída la noche no sin antes haber pasado por casa de Ana por un poco de ropa y algo de dinero... Llega al hotel y estaba él ahí...
Roberto: ¿Ya más tranquila Señora?
Nora: Si, gracias...
Roberto: ¿Se piensa quedar mucho tiempo?
Nora: Si, de hecho, Ana me ha hecho el favor y hasta me ha conseguido un empleo...
Roberto: Me da gusto, ayer lucía muy desolada y hoy, tiene ya otro semblante...
Nora: Si si... Gracias por el refrigerio de anoche...
Se dirige a su habitación mientras que piensa que es él al que busca, el que le arrebató de un solo golpe lo que ella tanto había amado, su vida entera...
Los días transcurren y una noche al llegar de trabajar, Roberto se encontraba barriendo un poco la pequeña recepción del hotel mientras escuchaba Fly Me To The Moon...
Roberto: ¿Cómo le fue Nora? Pensé que le gustaría acompañarme a cenar...
Nora, con una sonrisa un tanto maquiavélica en su rostro, se dice a sí misma que era la oportunidad perfecta y que estaba buscando desde que llegó a la ciudad y que, por coincidencia, el destino la había llevado hasta él...
Nora: Claro que si Roberto, será un placer... Déjeme me doy un baño y bajo a cenar con usted...
Mientras se alista, repasa en su mente todos los hechos que la han llevado hasta ése preciado y esperado momento... Repasa cada una de las cosas que le hizo sentir éste infeliz hacía apenas unos años atrás... Recuerda también la discusión que tuvo con su marido antes de salir de la que solía ser su casa... Solía serlo puesto que desde el instante mismo en que ella cerró la puerta de su casa y se dirigió en busca de este hombre...
Nora: Hace 4 años, precisamente ésta noche se cumplen 5 años ya, que te llevaste de mi lado a mi Mariana... Apenas tenía 19 años mi hija cuando quedó a merced tuya luego de que asesinaras vil y canallamente a Orlando, su novio... Tú y tu maldita pandilla han hecho que mi vida sea total y completamente oscura desde entonces...
Ahora, coincidencias de la vida, estás frente a mi, a mi merced, compartiendo conmigo tus alimentos y no puedo más que querer perdonarte ya que en cierta forma, he aprendido a apreciarte pero no, no puedo... Te llevaste mi vida entera, me dejaste coja, sin una parte de mi corazón... Mi familia no ha sido la misma, mi esposo me dio la espalda cuando te vine a buscar...
Baja las escaleras, Roberto tiene puesto el radio como era su costumbre, dos sándwiches y un par de vasos de leche eran el menú...
Roberto: Siéntese Nora, los preparé con el pan que he visto que le gusta y la leche, es descremada...
Nora: Gracias Roberto... Por cierto, quería preguntarte algo...
Roberto: Claro Nora, pregúnteme...
Nora: No sé si recuerdes la noche de hace cinco años atrás... Yo sí la recuerdo y sabes por qué... Porque hace cinco años, una pandilla mató al novio de mi hija para poder abusar de ella y luego, matarla también...
Han pasado cinco años y hace un año, las autoridades soltaron al que la apuñaló 27 veces ya que como no hay cuerpo, no lo podían seguir teniendo dentro de la cárcel... Cada noche, elevo una plegaria al Cielo pidiendo por mi Mariana y pidiendo también, por el joven que lo hizo...
Muchas noches me encontré deseando le sucediera lo mismo pero otras, me encontré pensando que tiene madre y como yo, sufriría si alguien mancillara lo más preciado que una madre puede tener, un hijo...
El silencio se hizo presente y fue abrumador... Pasaron tal vez diez minutos antes de que Roberto, pudiera articular palabra...
Roberto: Nora yo...
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