Es la primera de cuatro partes, todas ellas, se desenvolverán en la misma noche. Espero disfruten todas.
Estamos entre el tumulto de gente, pretendemos llegar a la barra del bar. Es la 0100 AM. Entre tanta gente que es imposible caminar, el calor es insoportable. Necesitamos llegar a la barra, queremos un trago. De repente siento cómo te aproximas a mi cuerpo… Volteo, eres tú. Me haces señas de que es imposible no pegarte a mi, te sonrío con fastidio, sigo mi camino… Siento nuevamente un roce, no puedo hacer nada. Estás rozando mis nalgas, lo haces deliberadamente. Sólo volteo y te miro con desdén…
Sigo mi camino, eres insistente… Ahora no sólo es tu cuerpo sino que una de tus manos, toca mi muslo derecho. Seguimos andando, te siento más cercano y, por alguna extraña razón, me está gustando. Te siento más… Me echo hacia ti y tomo tu mano…
Estamos dejándonos llevar por el tumulto, siento algo crecer en ti mientras que llevo tu mano debajo de mi blusa. La barra se ve cerca, escasos metros nos separan cuando de repente, volteo y busco tus labios… Te digo que, llegando a la barra, pidas dos Tom Collins, una vez que te los den, busques el final de la barra, ahí encontrarás una puerta que te saca del antro y al pié de ella, mi auto azul estará esperándonos…
Te sorprende lo que acabo de decir pero, te sorprende más que tome tu mano, y la conduzca debajo de mi falda. Sientes mi tanga empapada, pego mis nalgas más y más a tu creciente hombría... Volteo y sólo sonrío mientras que tú, me miras fijamente mientras tratando de sentirme más…
Caminamos casi pegados, voy más a prisa, vuelvo a voltear y mi mirada te calienta, me acerco a tu oreja izquierda y te digo,
Te espero donde te dije… Me despego de ti y desaparezco…
Me aparto de ti y veo que haces con diligencia lo que te he pedido, tomo tiempo para dejar llegues a mi auto. Te veo salir. Voy agitada a tu encuentro. Salgo a mi auto y estás ahí, titubeando en si haces o no lo correcto. Miro tu pantalón, es inevitable perderlo de vista...
Sonrío y juego con las llaves en mi mano mientras que con la otra, me alboroto la melena. Hago sonar la alarma, el auto está abierto. Miro a ambos lados, salen unas personas del antro. Me agacho frente a ti, puedes ver mis senos desde donde estás. Estoy disimuladamente bajando mi tanga. Me incorporo y tengo la tanga sólo en la pierna izquierda. Me ves y desabrochas tu pantalón... y yo, me deshago de mi tanga. Dos pasos y la he dejado en el suelo, me invitas a entrar al auto. Sentimos gotas en la frente, comienza a llover...
Nos miramos fijamente, apenas y podemos creer lo que está a punto de suceder. Permanezco inmóvil y tú, delicadamente rozas mi piel con la yema de tus dedos. La lluvia aprieta y tú contemplas mis senos a través de la blusa empapada por la lluvia. Mis rizos se han esfumado, escurriendo agua. Me limpio la cara y pregunto sí piensas quedarte ahí. Me miras y te acercas, aferrándote a mi cintura. Empiezas a besarme y yo, te toco con desenfreno, me acomodo a tu virilidad, a tientas abro mi auto y sin despegarnos, vamos entrando…
Te acomodas en el asiento trasero. Yo, me inclino en la puerta del auto para que puedas apreciar mis senos que ha revelado la lluvia. Entro al coche, me siento sobre ti, siento tu pantalón a punto de reventar mientras que no dejas de ver mis pezones a través de mi blusa, acompañas con tus dedos el agua que recorre mi cuerpo… Me estiro y cierro la puerta, los vidrios se empañan...
Bajas por completo los tirantes de mi blusa y me despojas de ella. Tomas mis senos y sientes mis pezones responder. Sigues mi silueta con tus manos… Bajas hasta mis piernas que te envuelven, tiras de mi falda y yo, me levanto para dejarla salir. Te ayudo con tu cremallera. Siento mi piel tocar tu erección, tu calor... Recorres nuevamente mi torso, te concentras en mis senos, las aprietas y llevas a tu boca, sin querer me muevo sobre ti. Te siento crecer en mi…
Bebes de mi pecho, me muevo hacia adelante y atrás, en círculos y de vez en vez, cabalgo en ti. Cada beso es entrecortado por un gemido mío, otras veces por un susurro que apenas escuchas, apenas oyes cuando te digo que la tienes riquísima...
De repente, sin dejar de moverme, separo tu rostro del mío, tomo una de tus manos y la llevo a mi clítoris, echo atrás mi cabeza y tomas mi cuello, lo presionas un poco, sabes que la asfixia intensifica el placer... Alcanzas a oír que te digo que siento un chorro de placer venir...
Me jalas con violencia, sujetas mi rostro y así, sin bajarme de ti, vas de a poco acomodándome en el auto, tendida en él. Subes mis piernas a tus hombros, me arqueo de tanto placer. Te sujetas de mis senos. Te siento cada vez más grande, siento que voy a explotar, sientes que mi explosión está a punto de llegar, siento que tu sexo no se puede contener...
Me libero de ti, me quiero acomodar y te reincorporas, te sientas en medio del asiento, tomas mi mano y me halas, me invitas a estar sobre ti. Paso mis piernas sobre las tuyas, mi cuerpo queda inclinado entre los asientos delanteros, tomas tu miembro, está mojado de mi venida. Me levantas para entrar. Lo haces sin ningún problema. Arqueo mi espalda, me sujeto de los asientos, me echo hacia atrás... Comienzo a cabalgarte.
Tus manos sobre mi espalda me clavan las uñas, luego van a mis senos y aprietan con fuerza. Presionas mis pezones entre tus dedos. Me halas hacia ti… Mis senos acarician tu pecho mientras tus manos guían mis nalgas. Me aprisiono de tu sexo. Echo hacia atrás mi cabeza. Tomas mi cuello, lo presionas mientras sigo moviendo mi cadera sobre tu sexo. Se me escapa un gemido. Una de tus manos, toma mi melena, la halas con firmeza mientras que, tu otra mano, va a mis nalgas y tu ágil dedo, busca mi ano…
Mis movimientos son correspondidos con ávidas embestidas. Mi cara descompuesta, susurras que te gusta verme venir. Mis gemidos mudos, tu dedo está más dentro de mi, te digo que siento venir, me la sigues metiendo y yo moviéndome para intensificar el placer… Doy un grito, das otro… Puedes ver mi rostro y sentir las contracciones de mi vagina anunciando mi venida… La estás gozando, te pido que no pares… Abro mis ojos y encuentro tu mirada en el retrovisor… Me preguntas si me ha gustado… Apenas y puedo dar un si... Entre gemidos y gestos llenos de placer, te digo que es la primera vez que me cojo a un desconocido...
Wow! Que talento para la literatura erótica. No me he quedado mudo de leerlo, pero mis toscas palabras harían vulgar la descripción de como me has dejado.
ResponderEliminarQuerida sist, definitivamente eres buena para estos textos :). Al igual que Omondra mejor ya ni agregó más, los comentarios salen sobrando.
ResponderEliminarY aún faltan 3 partes o_O
yo era el desconocido a.c
ResponderEliminarWow.
ResponderEliminarCualquier adjetivo sale sobrando...
#tumuybien
Guapísimo :)
ResponderEliminarWow... Se vale mojarse... Genial para antes de dormir..
ResponderEliminarFelicitaciones. Muy buen relato. Esperamos con emoción y curiosidad lo que sigue. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Óscar, de eso se trataba, de que lo sintieras!
ResponderEliminarSist, creo que he descubierto para qué más soy buena! Jijiji.
Puede ser pero... ¡NO eres tú!
Si si, MUY guapo el condenado!
Andas Marian, para aligerar el estrés del día y dormir como un querubín!
Gracias Maestro, espero pulir bien la segunda parte y que sea también del agrado de todos!
Gracias a todos por leerlo e incluso, sentirlo!