La Chica Que Confió Demasiado.

 
Confiar en todos es insensato; pero no confiar en nadie es neurótica torpeza.
Juvenal.

Y ahí estaba ella, sentada en el sillón rosado, aquél que dispuso desde su compra para enternecerse largas horas delante del ordenador. Sólo que esta vez, no estaba sonriente, estaba llorando.

No podía explicarse cómo era posible que le hubiera visto la cara así, que se hubiera burlado de ella, de su 'amistad y cariño' pero sobretodo, de su confianza. Así como lo hizo, deliberada, cruel y rastreramente, a sus espaldas. Mientras a ella le reiteraba su cariño y amistad, con otros, despotricaba y lanzaba blasfemas.

¿Qué pasó? ¿Qué cambió? ¿En qué momento sucedió? Se preguntaba a la vez que se reprochaba el ser tan estúpidamente ingenua y volver a creer, a confiar.  Lo maldecía, le reclamaba, le insultaba hasta desfallecer.

Se reprochaba. Se reprochaba porque desde un inicio, todo había sido una mentira, una mentira que poco a poco se fue develando delante de sus ojos y aun así, no hizo nada, no hizo nada para protegerse. Sabía perfectamente que todo, era mentira y así como así, dejó que pasara.

Sin embargo, se mentía a ella misma, necesitaba creer, necesitaba creerle. Y lo hizo, le creyó. Sobretodo cuando un día, así como así, en menos de 140 caracteres le dijo que esta canción, lo hacía pensar en ella. Ella confió, ella creyó y lo peor, ella sintió.

I'll Stanb By YOu

De repente, la calma volvió a ella y con ello, los recuerdos. Era la segunda vez que era burlada de semejante manera. Se sentó en la orilla del sillón, puso sus codos sobre sus rodillas y sus manos, esas manos que tantas veces habían sido destinadas a escribirle, a decirle a través de 140 o más caracteres, cuanto le apreciaba, esas manos eran las que estaban sobre su rostro, cual si quisieran lavar no no, esconder sus lágrimas.

Agachó su cabeza, con sus dedos pulgares e índices, sostuvo sus sienes, estaba recordando. Recordaba como aquél primero, le mintió vil y canallamente. Recordaba el cómo lo había conocido, cómo se dio la relación e incluso, cuando se convocó a una cena para hacer 'formal' su 'pedida de mano'. Recordó también, que fue a través de algo similar, que advirtió el engaño, tal cual lo estaba haciendo ahora. 

La diferencia era que, aquella vez le habían roto el corazón en cambio ahora, le habían roto la ilusión.

Le parecía de lo más rastrero lo que había leído, la forma tan vil en la que se había expresado de ella. Era demasiada la desfachatez, el cinismo, la maldad, la crueldad que él desató hacia ella. En un santiamén, aquél hombre, al que creía pocamente conocer, se presentaba tal cual; cínico e hijo de puta. Le parecía increíble que apenas dos minutos antes de advertir la traición, le hubiera dicho que la quería, que le importaba. Le parecía increíble también, que hubiera abusado así de su confianza.

Otra vez la misma situación, el mismo miedo de siempre, confiar en la persona no adecuada. Otra vez, el mismo reproche y no es que le hubiera pasado seguido sino que, más bien, le extrañaba que a pesar de su desconfianza, hubiera confiado por segunda vez en un perfecto desconocido.
Irónicamente, al momento de descubrir la traición, sonaba esa canción.

La diferencia ahora era clara, el dolor era más grande, no volvería a confiar jamás.