Ceder no significa perder, gran frase dijo alguien alguna vez. Y es de un amigo al que aprecio y admiro muchísimo.
A veces, nos enfrentamos a pequeñas rencillas ya sea en casa, trabajo, escuela, con amigos, novio, novia, pareja, querer, tocador o lo que sea y… Resulta que dicha rencilla, pudo haberse evitado sí alguna de las dos partes, hubiera cedido en algo.
No, no se trata o más bien, no es hacer lo que la otra parte quiera sino que a veces, hay que hacer ciertas concesiones a fin de perpetuar la armonía de la relación.
Por ejemplo, unos padres de familia que discuten sobre la educación de los hijos. Seguramente la mamá tendrá los mejores argumentos sobre el colegio más prestigioso de la ciudad que, por supuesto, es privado mientras que el padre, apenas y gana lo necesario para solventar los gastos. ¿Se imaginan sí el padre cediera ante el capricho de la madre de las criaturas? Seguramente se comprometería mucho la liquidez de la familia.
En cambio, pongamos que es domingo, día familiar. Los hijos adolescentes, quieren pasar el día con los respectivos novios. La madre quiere acudir a su centro de reunión de fe y luego, ir a casa de sus padres para estar un rato con ellos. El padre, quiere ver futbol y comer mariscos pero, en la tranquilidad del hogar. ¿Qué harán? Todos, tendrán que ceder para compartir en familia.
Estamos tan acostumbrados a que sí cedemos en algo significará que tendremos que ceder mil veces más después. Nos metemos a la cabeza la estúpida idea de que ‘ceder implica hacer lo que el otro quiere’ y no, no es así.
A menudo, cediendo estamos ganando. Jamás lo vemos. Ganamos armonía, convivencia y reconocimiento. Ganamos respeto, confianza y cariño. Generamos a su vez, más deseos de las personas que nos rodean para estar con nosotros.
¿Por qué? Porque estamos brindando seguridad. Si, seguridad. ¿Acaso no te resulta ‘seguro’ un sitio donde sabes que a pesar de que se presenten desacuerdos, siempre se resuelven sin necesidad de discusión alguna? Te apuesto que no lo habías visto de tal manera.
El problema de ceder es que o bien, sueles ceder siempre o bien no cedes jamás. Si, es complicado decir ‘no’. Por eso, cuando estés ante un evento que requiera que alguna de las partes deba de ceder a fin de conservar la armonía, trata de analizar los beneficios que obtendrás sí cedes.
Por ejemplo, retomando el domingo familiar. Por caso sitúate de padre de familia. Sí niegas permiso para que los pubertos salgan a echar reja… Estarán encerrados jugando X-Box o chateando luego entonces, la convivencia será nula. Sí rehúsas ir a ver a tus suegros… Seguramente lleguen a casa y… De todas maneras no verás el futbol. Así que, lo más prudente sería… Ir a pasear un rato en familia y por la tarde, cada quien puede hacer lo que quería. Así, todos ganan, se sienten satisfechos pero sobretodo, seguros y contentos.
Así que, sí tienes algún problemita con alguien y el problemita se originó porque no cediste ni un ápice… Acércate, trata de poner orden en las cosas. Reflexiona. Dialoga. Concreta. Recuerda que para ganar una guerra a menudo casi siempre es necesario perder pequeñas batallas. Porque no…
Ceder NO Significa, PERDER.
Mastícalo.
Para ti
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